Irún - Hernani - Tolosa
En esta ocasión no tuvimos que madrugar tanto, por lo que quedamos a las 6 de la mañana para estar en Miranda de Ebro a las 6’40 horas. Así que en tres coches marchamos las 13 personas de Briviesca que íbamos a realizar las dos etapas siguientes del Camino de Santiago Vía de Bayona desde Irún hasta Tolosa, pasando por Hernani.
En Miranda de Ebro cogimos el autobús que fletaba la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Miranda de Ebro, que son los que organizan el evento y nos fuimos todos juntos hasta Irún donde tomamos un café, sacamos la foto de “familia” y nos dispusimos a caminar los 24 km. Que nos separaban de Hernani, final de la primera etapa.
Un auténtico rompe piernas, sube y baja y baja y sube, pero pasando por unos lugares realmente preciosos. Para cuando nos quisimos dar cuenta ya habíamos llegado a Oiartzun, tras bajar por una empinada calle, donde junto a la Casa de Cultura dimos buena cuenta del bocata y de alguna botellita de vino de Ribera y clarete de Alesanco en la bota.
Así que después de reponer fuerzas seguimos por nuestro camino que en la mayoría de los casos estaba bien marcado, con lo que a poco que uno se fije, va llevando el camino de Santiago sin ningún problema y durante un buen rato fuimos pasando por un bosque de pinos, para por un sendero de bajada pronunciada enseguida llegaríamos a la “civilización” donde había un par de sidrerías y claro, un alto en el camino no venia nada mal, ya que la temperatura era de bastante calor y había que hidratarse.
De aquí subimos hasta la ermita de Santiagomendi, donde aprovechando que había unas mesas y ya era una hora apropiada, sacamos las viandas para dar cuenta de ellas en una comida a base de bocadillos y por supuesto el buen vino que no podía faltar. Desde este lugar se veía San Sebastián, aunque a causa de la neblina que había se veía borrosa, pero estar estaba, porque se distinguía perfectamente el Monte Igueldo y el Monte Urgull.
El reloj iba corriendo y ya nos pesaban las botas, pero no había mas remedio que llegar hasta Hernani que era nuestro final de etapa. Y a eso de las 18’30 lo conseguimos. El autobús nos esperaba a la entrada de Hernani para llevarnos hasta Urnieta donde cenaríamos y dormiríamos en una colegio de la Salle. Después de cenar algunos salimos a conocer el pueblo de noche y tras darnos una vuelta nos volvimos para descansar y prepararnos para la etapa del día siguiente entre Hernani y Tolosa.
A las 7 de la mañana nos levantamos para tomar el desayuno a las 7’30 y salir en autobús de nuevo hasta Hernani donde habíamos acabado el día anterior. Atravesamos la localidad, que por cierto tiene unos edificios y una plaza bien bonita y el Camino seguía por un paseo la mar de agradable, lástima que ya había empezado a llover y todos nos colocamos los chubasqueros guardamos las cámaras de fotos y para adelante, hasta llegar a Andoain, donde almorzaríamos de nuevo en un colegio de la Salle que nos abrieron para podernos resguardar de la lluvia y tener un respiro. Allí si aprovechamos para sacar cuatro fotos de recuerdo y para el bolso, que seguía lloviendo (cosas del tiempo). En Andoain es imprescindible visitar la iglesia de San Martin de Tours.
Al llegar a Aduna pasamos por la casa de Iñaki Gorostidi, levantador de piedras y en la que tiene un pequeño taller artesano de piedras. Los que iban delante subían lanzados y no se fijaron en las flechas así que subieron hasta lo alto del pueblo, cosa que los que íbamos detrás seguimos y no nos quedó mas remedio que volverá bajar, que se le va a hacer.
De aquí a Villabona, Anoeta, donde hay un bar al estilo de los salones del Oeste americano y en un par de kilómetros llegamos a Tolosa, donde nos esperaban los responsables de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Guipúzcoa en Tolosa, que nos enseñaron la zona medieval la plaza en la que se hace el mercado de flores y la Iglesia de Santa María, nos llevaron al Casino (un antiguo palacio) y allí nos invitaron a unos vinos mientras que nos sellaban las credenciales. Nos hicimos las fotos de rigor y nos fuimos a coger el bus, para acercarnos a Zegama donde comeríamos de una manera espectacular de bueno y cantidad y después de comer y sobremesa para casita. Llegamos a Miranda a las 19’30 y a las 20’30 a Briviesca.
El balance a pesar de la lluvia y el excesivo calor del segundo día ha sido muy positivo, por los lugares que hemos pasado, pero sobre todo por el buen ambiente que se respira entre toda la gente que vamos y las ganas que hay de disfrutar de las jornadas.